Tánger, ciudad de colores y contrastes

Siempre he tenido ganas de conocer Marruecos. Y este verano, gracias a que me regalaron por mi cumpleaños una escapada de un par de días a Tánger, he podido conocer al menos una pequeña parte del país marroquí.

La verdad es que me ha encantado Tánger. Me ha parecido una ciudad de colores y llena de contrastes, en la que lo tradicional y lo moderno convergen y están aprendiendo a convivir. Y toda esa mezcla hace que esta ciudad tenga un encanto y una belleza particular que llama la atención.

Así que gente, si queréis descubrir que tal me fue por Tánger, ya podéis tener bien a mano vuestros pasaportes porque este post comienza… ¡Ya!

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Viajar a Tánger en ferry

A Tánger viajamos en ferry. Mi novio y yo aprovechamos que estábamos en Cádiz (de donde somos) por vacaciones de verano y cogimos un ferry directo desde Tarifa que nos llevaba hasta esta ciudad marroquí.

Para los que no lo sepáis, el viaje en ferry Tarifa-Tánger dura tan solo unos 30 minutos aproximadamente. Y que queréis que os diga, el hecho de viajar contemplando el mar del Estrecho de Gibraltar tan de cerca no tiene precio.

Antes de nada, tenéis que saber que hay varias compañías de ferry que te llevan a Tánger todos los días desde Tarifa. Nosotros, por ejemplo, viajamos con la compañía FRS Iberia. Además, lo interesante de esta compañía es que en su web tienen diferentes packs de escapadas y excursiones a Tánger que merecen la pena.

De hecho, nosotros hicimos la escapada con uno de estos packs y, si lo piensas bien, son económicos e incluyen bastantes cosas. Por ejemplo, la mayoría de los packs de escapada incluyen:

  • Viaje de 30 minutos en ferry desde Tarifa.
  • Traslado en coche desde el puerto hasta el hotel a la ida y traslado también a la vuelta.
  • Alojamiento y desayuno en hotel (el hotel es el que te indique en el pack y el nuestro estaba bastante bien).
  • Y un seguro de viaje Mapfre.

¿No está mal, no? Pues para los interesados, aquí os dejo el enlace a los packs que ofrece FRS Iberia en su página web.

¿Qué podéis hacer en Tánger?

1. Recorrer el centro y la medina de Tánger

Como siempre digo, para conocer bien cualquier ciudad hay que andarla y descubrir sus rincones. Y en Tánger os aseguro que debéis hacerlo porque su centro y su medina son espectaculares (mirad las fotos).

Además, más de una vez, paseando o estando en alguna calle de Tánger, tenía la sensación de estar en algún centro de ciudad o pueblo de Andalucía (en algunas fotos dudaréis, sobre todo si sois andaluces). Desde luego, no hay duda de que esa esencia árabe que tuvimos en su día está muy presente en el sur.

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2. Visitar el Museo de la Kasbah

Os recomiendo mucho que lo visitéis. ¡Es precioso! Lo encontraréis por la medina y se ubica en el antiguo palacio del sultán de Tánger.

Dar una vuelta por este museo significa, además de aprender un poco de la historia de la ciudad, poder admirar detenidamente los rincones, mosaicos y detalles de este antiguo palacio árabe.

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Nosotros fuimos al museo de la Kasbah por la tarde y lo disfrutamos mucho porque no había apenas gente. Y eso hizo que pudiéramos aprovechar el tiempo para verlo tranquilamente. Sobre todo, no os perdáis ver el jardín, que es espectacular.

Así que a la hora de visitar este museo, si queréis verlo sin prisas y sin agobios, haced la visita mejor por la tarde. Tened en cuenta que por la mañana es cuando más visitas turísticas hay. Si no, siempre podéis informaros en la recepción del museo, que seguro que os dicen las horas más tranquilas para visitarlo.

3. Comprar en sus coloridos puestos y regatear los precios

Nada más empecéis a ver las tiendas y puestos de Tánger, os envolverán sus colores, la variedad de productos que venden y cómo lo exponen. A mí especialmente me gustaba fijarme en aquellos puestos que tenían productos elaborados con cuero de forma tradicional, que suelen ser más caros en España, como: mochilas, bolsos, sandalias, monederos, etc.

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Tened claro, que vais a querer comprar muchas cosas y que los marroquíes son buenos vendedores. Así que como os pillen mirando algo de sus puestos con un poco de interés, en un momento te enseñan todo lo que tienen. Y así se empieza…

Eso sí, cuando queráis comprar algo, regatead el precio con el vendedor todo lo que podáis. El regateo forma parte de su cultura y a los marroquíes les va la marcha a la hora de vender. Así que, aunque al principio te marquen un precio (que suele ser alto), les gusta ese juego de que les regatees y les repliques con otro precio que tú estés dispuesto a pagar.

Ya veréis que al final casi siempre acaban por aceptar el precio que les digas. Al fin y al cabo, ellos lo que quieren es vender, pero eso no quita que se hagan de rogar un poco. Y claro, siempre tiran para un precio alto por si cae la breva.

4. Disfrutar de su increíble comida

La comida árabe es una de mis favoritas. Así que esta era otra de las razones por las que quería conocer Marruecos: probar su maravillosa comida y los platos más tradicionales. Y después de volver de Tánger, más enamorada estoy de la cocina marroquí.

De verdad, no os quedéis sin probar algunos de sus platos más típicos como: cuscús, pastela, tajín, harira, zaalouk, dulces árabes, etc. ¡Se me hace la boca agua de acordarme!

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Eso si no entréis en cualquier bar que encontréis, mirad antes las opiniones de restaurantes en TripAdvisor o Google Maps y así os apuntáis los sitios más recomendados y que más os gusten. Nosotros hicimos eso.

Aunque tengo que deciros que fuimos a menos sitios de los que no hubiera gustado ir. No contábamos con que los días que íbamos a estar en Tánger iban a coincidir con días festivos allí, por lo que muchos restaurantes estaban cerrados. Tenedlo en cuenta por si hacéis una escapada y que no os pille por sorpresa.

Restaurantes donde comer bien

Aquí os voy a mencionar los restaurantes a los que sí que fuimos, en los que comimos genial y barato, y lo que os recomiendo que os pidáis:

  • Restaurante Rif Kebdani: Este restaurante es increíble. El mejor para mí. El local es muy acogedor, los camareros son un encanto y la comida te deja sin palabras. Os aconsejo que vayáis si o si, y probéis el cuscús, la pastela, el tajin de cordero y la ensalada marroquí. ¡Buenísimo todo!
  • Restaurante Ch´hiwat l’couple: Este bar es más pequeño y no tiene tanta variedad de comida como el anterior, pero comimos también muy bien. Os recomiendo que os pidáis el zaalouk (es una ensalada de berenjenas riquísima) y el tajin de albóndigas.
  • Restaurante Annajma 2: es un sitio tradicional y familiar, el típico bar dónde se reúnen las familias marroquíes para comer juntos. Comimos genial y el trato muy agradable. Si vais, pedid la harira (es una sopa marroquí que está buenisima), los pinchitos de kefta (de carne picada especiada) y pescaito frito.

5. Beber té de menta hasta decir basta

En Tánger, además de disfrutar como una enana comiendo y haciendo turismo, me harté de beber té de menta. En serio, es el mejor té que he probado en mi vida, no quería café. No sé cómo lo preparan, lo único que puedo decir es que está buenísimo, para nada fuerte y encima sienta genial. ¡Tenéis que probarlo y ya entenderéis lo que digo!

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Los marroquíes lo toman a diario, y para ellos el té es como el café para nosotros. Además, teniendo en cuenta que en Marruecos no se vende ni se consume alcohol porque los musulmanes lo tienen prohibido, la bebida estrella es el té.

En todos los restaurantes nos lo ofrecían al terminar de comer. ¿Queréis tomar té con nosotros? Nos preguntaban. Y la forma en la que lo hacían me parecía tan hospitalaria y tan acogedora, que no podías decir que no.

Además, en todos los sitios el té estaba riquísimo, así que pensándolo bien, hice como una cata de té de menta por todo Tánger.

Aunque si tuviera que destacar un sitio donde estuvimos tomando té y disfrutando de unas bonitas vistas, diría que fue en el Hotel Continental. Os recomiendo que lo visitéis. Este hotel se sitúa justo en frente del puerto de Tánger, además es precioso por dentro y tiene una terraza estupenda para tomar té.

Sin duda, merece la pena conocer Tánger y espero que con este post os haya animado a hacer una escapada pronto. Yo, por lo pronto, tengo ganas de conocer otros lugares de Marruecos.

Para cualquier duda que tengáis sobre el viaje, ya sabéis donde encontrarme gente.

¡Que tengáis un buen día!

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